miércoles, 13 de marzo de 2013

Sobre la "Genealogía del racismo: Poder, derecho y verdad" de Michel Foucault


Sobre la "Genealogía del racismo: Poder, derecho y verdad" de Michael Foucault

Se parte de una propuesta de análisis  del “cómo del poder”, de la que se despliegan dos mecanismos en los que se  desarrolla el poder: la presencia de reglas que limitan el accionar del poder y el carácter de “dador de verdad” con el que se muestra y a la vez se trasmite el poder. De lo anterior se expone la esfera en la que se desarrolla el poder según Foucault; un “triángulo” que comprende poder, derecho y verdad. “,…, qué reglas de derecho hacen funcionar las relaciones de poder para producir discursos de verdad,…,”(Foucault,1992,p.28) El “triángulo” que nos expone Foucault es relevante en la medida en que enseña la idea de que el poder trasmite verdad, y la verdad se hace ley, siendo el poder y sus relaciones en esencia los que constituirían el cuerpo social.
En principio se identifica al pensamiento jurídico desde la figura del poder real, en la que se sentaron las bases de la existencia de la soberanía derivada del poder. Es en este momento, que se hacen evidentes los fenómenos de “derechos del soberano” y de las “limitaciones del poder del soberano”, ejes con los que se relacionarían naturalmente las relaciones de poder. Pero, la propuesta de Foucault será ver el “cómo del derecho”, no desde las relaciones de soberanía ni de obediencia sino desde aquello que es considerado como análogo pero es constitutivo del derecho mismo; las relaciones de dominación y las relaciones de sujeción. En tanto constituyen las múltiples formas de dominación y de sujeción existentes en la sociedad.
Así, se propondrá analizar el poder desde su ejercicio, no desde la silla del soberano y desde los organismos en general, sino desde las extremidades, donde se ve transparente el poder sobre el cuerpo; sobre los individuos. Es “captar el poder a partir del extremo menos jurídico de su ejercicio”, de lo anterior concluirá que mientras se entienda que el poder se manifiesta en la relación, se entenderá que no es atributo único de una clase; que el poder no está almacenado en una “élite”. Es decir, concebir las relaciones de poder está fundamentado en entender la individualidad y cómo es materia constituyente, en lugar de comprender lo ya constituido; “el poder no se aplica a los individuos sino que transita a través de los individuos”(Foucault, 1991,p.32) en la medida en que es un fenómeno creado por el individuo involucrándolo inmediatamente en él.
Ahora, frente al anterior planteamiento Foucault plantea una objeción: no porque el mecanismo de poder esté intrínseco en la esencia del individuo, supone que éste actúe de manera democrática ni justa. Y es precisamente este carácter de inequidad y jerarquización el que permita que se de el mecanismo de exclusión, totalmente válido y útil para la sociedad.
En conclusión, se recurre al discurso del excluido, aquél que recibe de primera mano efecto del poder, el que es considerado la mano de obra. Por último, es esa noción de individuo como mano de obra la que traduce el poder del soberano( tratado al principio) al poder disciplinario; desde la concepción de que el poder es ejercicio, se necesita que el individuo sea dócil y se mantenga dentro de unos lineamientos. De ahí que “la medicalización general del comportamiento” en la que el poder se diferencia de la represión y se convierte en un conglomerado entre soberanía y disciplina.  

Bibliografía 
  • Foucault, Michel. (1992) Genealogía del Racismo: “poder, derecho, verdad” (pp- 33-49). Madrid: Ediciones Endymion
Por: María Manuela Palacio Villarreal 


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